Page 12 - Entre Hilos y Cuerdas
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Era un lugar, al que había que llegar en tren hasta La Cruz y de ahí al rancho a caballo, cruzar un río, recuerdo los dos meses de vacaciones que pasaba con mi abuela, como ladraban los perros cuando llegabamos. Yo dormía en un catre de lona y madera, recuerdo que por la noche, la oscuridad se podía cortar con cuchillo, las ventanas de doble hoja, una de gruesa madera se cerraban con trancas, no tenían electricidad, ni agua corriente, había que ir al río, a traerla y bañarse de prisa, al calentarla en la cocina entre el olor a hierbas, la madera anunciaba las tortillas hechas a mano de maíz recién molido...
Y comenzar el día entre las gallinas que cacareaban la buena nueva del desayuno.
De los Almada se encuentran relatos en un interesante libro llamado Almada de Alamos.
Fui la menor de cuatro hermanos, Mario, Luz, Héctor y yo. Para mis padres establecerse en México fue sinónimo de progreso económico y al mismo tiempo, la forma de lograr los ideales de mi padre, quien multiplicaba sus actividades, trabajaba en las líneas nacionales de telégrafos por un sueldo de $6.50 la hora y participaba activamente en la Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Ingenieros Mecánicos Electricistas.
Mi padre, firmemente convencido de las soluciones colectivas, fue activista, promovió y dirigió la Federación Estudiantil, organizando encuentros y congresos a nivel estudiantil.
Creía, que para mejorar las condiciones del país era necesaria la creación de la industria nacional a través de las escuelas técnicas, sin olvidar el aspecto social, el acceso a la educación y capacitación colectiva para mejorar las condiciones de los trabajadores.
De su paso como líder de los estudiantes, guardo discursos, recuerdo bien el que escribió para el inicio de curso del año 1932.
Se graduó en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, ESIME, por el Instituto Politécnico Nacional, IPN, al mismo tiempo estudiaba en la Academia de Matemáticas, de la que también fue socio fundador, promovió la creación de una Biblioteca Central del Conocimiento de las Matemáticas, -que a la fecha no existe- muy joven fue nombrado profesor del IPN y también fue Secretario de ese Instituto.
Lo recuerdo sentado en la cabecera de la mesa del comedor enviando encriptados mensajes en lenguaje telegráfico.
Era conferencista en las Escuelas Técnicas para promover el estudio de las Ingenierías, cofundador y director de la Escuela Técnica Wilfrido Massieu, del IPN.
De ahí mi herencia triple: ser autodidacta, encontrar el tesoro que son los libros y compartir ese recorrido con otros. Creo que entonces, también comencé a ser docente.
Cabecita Totonaca
Dibujo de la Monografia “Historia”
Dibujo a lápiz de la Escultura Moisés
Tomada de las monografias realizadas durante los años de estudiante de la Escuela Bancaria.
Por lo tanto, decir que he dibujado desde siempre es decir la verdad. Las clases de dibujo escolar, buenas o malas me encantaban y soñaba con crear imágenes para cuentos. Freixas, firmaba el autor de las ilustraciones de mis cuentos de hadas, que aún conservo un tanto deshojados y ¡qué decir de la serie de Pinocho contra Chapete!
Laura Elenes

